Las personas altamente sensibles (PAS) sienten el mundo más intensamente. Su sistema sensorial (parte del sistema nervioso que se encarga de los sentidos) está más desarrollado y por tanto, procesa con mayor velocidad gran cantidad de estímulos a la vez. Una persona PAS se activará de manera elevada, por ejemplo, ante una escena agresiva o violenta, ya sea en una película, libro o en la vida cotidiana ante lo cual necesitarán más tiempo para volver a su nivel base de estabilidad.

A veces ponemos la metáfora del albinismo para explicar el funcionamiento de la persona PAS. Una persona albina tiene problemas con la producción de melanina, que es un pigmento presente en las células que oscurece la piel, por lo que su piel no puede protegerse de la radiación de la manera que pueden hacerlo las pieles de los demás (sobre todo las pieles más oscuras). La persona con albinismo tendrá que tomar medidas para cuidarse y evitar que el sol queme su piel. No servirá exponerse el sol para endurecer su piel, ya que su cuerpo no puede producir la melanina por sí solo. Es importante no confundir esto con la falta de esfuerzo o voluntad en la persona y, aceptar que hace lo que puede para estar bien.

Ser PAS no es una enfermedad o patología, es un rasgo de la persona. Las PAS no eligen serlo, es una condición con la que se nace y tiene implicaciones muy relevantes en el funcionamiento del cerebro. Algunas personas pueden tener rasgos de alta sensibilidad debido a experiencias traumáticas. Es aconsejable consultar con un profesional para la valoración individual de cada caso.

¿Cómo son las personas altamente sensibles (PAS)?

Alta emocionalidad y empatía

Las personas altamente sensibles pueden conectar con las emociones de una forma más profunda de lo habitual, tanto las propias como las de otras personas. Pueden presentar un exceso de empatía, gran sufrimiento por el dolor de los demás. Algunas investigaciones encuentran una mayor actividad en las neuronas espejo, relacionadas con la comprensión de las emociones de los demás. Las PAS necesitan aprender a límites sanos en sus relaciones personales para evitar la sobrecarga emocional.

Profundidad en el procesamiento

Los pensamientos tienen una gran profundidad en las PAS, sufren mucho ante las injusticias del mundo y tratan de comprender el mundo a su alrededor constantemente, por lo que a veces son frecuentes las preocupaciones y los problemas de ansiedad. Para evitar las consecuencias emocionales se necesita fortalecer la inteligencia emocional y las habilidades de resolución y afrontamiento de problemas.

Muy sensitivos (incluso en sutilezas)

Las PAS a menudo sienten sensaciones que otras personas no perciben; es habitual que tengan más molestias con los tejidos (en niños se puede observar por incomodidad con las etiquetas o costuras), que perciban como menos agradables algunas texturas de los alimentos, que les afecten los cambios de temperatura y luz más especialmente, que sientan más el dolor y también que su cuerpo tienda a reaccionar al ambiente con molestias somáticas frecuentes, como dolores de cabeza, de estómago o reacciones en la piel.

Tendencia a la sobreestimulación

Debido a su manera de sentir, a veces las  PAS pueden sentirse abrumadas o sobreestimuladas. Conectar con ellos mismos, en espacios de calma y soledad es indispensable para la regulación emocional. Los niños altamente sensibles (NAS) tienen menor aprendizaje en su gestión emocional, por lo que necesitarán la ayuda de sus adultos para entender cómo cuidar sus emociones.

 

La importancia de comprender a las personas altamente sensibles

A veces las personas del entorno pueden etiquetar las reacciones de las  PAS como exageradas, porque no son capaces de sentir como ellos y minimizan su importancia. Es esencial que la persona altamente sensible se conozca y comprenda, para poder explicar a los de su alrededor sus necesidades y darse el valor que merecen.